¡Al abordaje... de la taquilla!
Hace ya tres años surgió un taquillazo que revitalizó el género de piratas y aventuras. De paso propició la aparición de un personaje carismático, socarrón y pendenciero: el pirata Jack Sparrow. Tras saquear las salas de cine en su momento, vuelve con fuerzas renovadas para repetir éxito. ¿Lo conseguirán?
En esta ocasión, Jack Sparrow debe saldar una vieja deuda (su alma ni más ni menos) con Davy Jones, el monstruoso capitán del Holandés Errante -un barco cuya visión conduce inequívocamente a la perdición- y que controla al Kraken, el monstruo de los mares. Por otro lado, Will Turner y Elisabeth son detenidos y condenados a muerte justo antes de celebrar su boda. Un enigmático oficial de la Compañía de Indias le ofrece un trato a Will: debe conseguirle la brújula mágica de Jack Sparrow a cambio de unas patentes de corso. Nuevamente, los destinos de los tres protagonistas se unen en una gran aventura, cuyo fin es encontrar el Cofre del Hombre Muerto y desentrañar el secreto que éste oculta.
Bien, aquí tenemos la secuela del verano. Porque es eso, una secuela. No es nada malo. Por un lado tiene la ventaja de contar con unos personajes ya definidos, cosa que en el caso de esta película es una gran ventaja. Pero también parte con una gran desventaja: se pierde la sorpresa. Es por ello que supongo que los creadores de esta película decidieron ir más allá. Y eso es lo que hay: un grandioso espectáculo, una emocionante película de aventuras. Más de aventuras que de piratas. Es complejo explicar esto último pero digamos que hay mucha más tierra firme de la que uno espera en una película de piratas.
Lo malo de ir más allá es que es fácil pasarse. Siguiendo la regla circense del más difícil todavía han convertido la película en un pequeño circo. Hay escenas y peleas espectaculares pero poco creíbles, frisando el ridículo diría yo. El humor de la primera parte sigue ahí pero por momentos roza el absurdo, acercándolo a algo del estilo de la saga "... como puedas" y caricaturizando por momentos a los personajes.
El argumento se puede volver enrevesado para muchos y a veces hay lagunas que no se explican muy bien, y que deben contar con un acto de fe por parte de los espectadores. Y no será porque no haya tiempo para explicarlo: dos horas y media de metraje. Excesivo para la historia que se cuenta y las vejigas del público de la primera y tercera edad. Una historia que, sin ánimo de destripar nada, se queda colgada al final (espectacularmente colgada, eso sí), dejando todo abierto para resolverlo en una tercera parte que se está terminando de rodar. Esto queda muy bonito cuando se ven todas las pelis juntas, pero supone un pequeño cachondeo para el espectador. Supongamos que mañana se muere Orlando Bloom (esperemos que no pase) y la tercera parte se suspende. ¿Cómo queda esta película sin su natural finalización? Pues muy mal, pero bueno, esto de los cuelgues ha pasado en muchas trilogías (La guerra de las galaxias, Regreso al futuro, Matrix) y unas lo han resuelto bien, y otras mal. Ya veremos el año que viene.
Y ya está. Estos son los defectos. Porque todo los demas son virtudes. Muchas de ellas heredadas de la primera parte y otras son agradables sorpresas. El trío protagonista está bien: Depp irrepetible como el Jack Sparrow (hará más películas pero probablemente será recordado por siempre por este papel), Bloom progresa adecuadamente -más de lo que yo esperaba-, y ella está correcta, algo sosa tal vez. Pero lo mejor son los secundarios: la tripulación de la Perla Negra (Gibbs, Pintel, Ragetti, el tío del loro, etc.), la hechicera, el Gobernador Swann y hasta el ex-comodoro Norrington. La música es la misma por lo que aquí no hay queja. Dirigida con un aire clásico, con parajes preciosos y una magnífica ambientación.
Una diversión para toda la familia, cine de siempre puesto al día de la mejor manera.
Hace ya tres años surgió un taquillazo que revitalizó el género de piratas y aventuras. De paso propició la aparición de un personaje carismático, socarrón y pendenciero: el pirata Jack Sparrow. Tras saquear las salas de cine en su momento, vuelve con fuerzas renovadas para repetir éxito. ¿Lo conseguirán?
En esta ocasión, Jack Sparrow debe saldar una vieja deuda (su alma ni más ni menos) con Davy Jones, el monstruoso capitán del Holandés Errante -un barco cuya visión conduce inequívocamente a la perdición- y que controla al Kraken, el monstruo de los mares. Por otro lado, Will Turner y Elisabeth son detenidos y condenados a muerte justo antes de celebrar su boda. Un enigmático oficial de la Compañía de Indias le ofrece un trato a Will: debe conseguirle la brújula mágica de Jack Sparrow a cambio de unas patentes de corso. Nuevamente, los destinos de los tres protagonistas se unen en una gran aventura, cuyo fin es encontrar el Cofre del Hombre Muerto y desentrañar el secreto que éste oculta.
Bien, aquí tenemos la secuela del verano. Porque es eso, una secuela. No es nada malo. Por un lado tiene la ventaja de contar con unos personajes ya definidos, cosa que en el caso de esta película es una gran ventaja. Pero también parte con una gran desventaja: se pierde la sorpresa. Es por ello que supongo que los creadores de esta película decidieron ir más allá. Y eso es lo que hay: un grandioso espectáculo, una emocionante película de aventuras. Más de aventuras que de piratas. Es complejo explicar esto último pero digamos que hay mucha más tierra firme de la que uno espera en una película de piratas.
Lo malo de ir más allá es que es fácil pasarse. Siguiendo la regla circense del más difícil todavía han convertido la película en un pequeño circo. Hay escenas y peleas espectaculares pero poco creíbles, frisando el ridículo diría yo. El humor de la primera parte sigue ahí pero por momentos roza el absurdo, acercándolo a algo del estilo de la saga "... como puedas" y caricaturizando por momentos a los personajes.
El argumento se puede volver enrevesado para muchos y a veces hay lagunas que no se explican muy bien, y que deben contar con un acto de fe por parte de los espectadores. Y no será porque no haya tiempo para explicarlo: dos horas y media de metraje. Excesivo para la historia que se cuenta y las vejigas del público de la primera y tercera edad. Una historia que, sin ánimo de destripar nada, se queda colgada al final (espectacularmente colgada, eso sí), dejando todo abierto para resolverlo en una tercera parte que se está terminando de rodar. Esto queda muy bonito cuando se ven todas las pelis juntas, pero supone un pequeño cachondeo para el espectador. Supongamos que mañana se muere Orlando Bloom (esperemos que no pase) y la tercera parte se suspende. ¿Cómo queda esta película sin su natural finalización? Pues muy mal, pero bueno, esto de los cuelgues ha pasado en muchas trilogías (La guerra de las galaxias, Regreso al futuro, Matrix) y unas lo han resuelto bien, y otras mal. Ya veremos el año que viene.
Y ya está. Estos son los defectos. Porque todo los demas son virtudes. Muchas de ellas heredadas de la primera parte y otras son agradables sorpresas. El trío protagonista está bien: Depp irrepetible como el Jack Sparrow (hará más películas pero probablemente será recordado por siempre por este papel), Bloom progresa adecuadamente -más de lo que yo esperaba-, y ella está correcta, algo sosa tal vez. Pero lo mejor son los secundarios: la tripulación de la Perla Negra (Gibbs, Pintel, Ragetti, el tío del loro, etc.), la hechicera, el Gobernador Swann y hasta el ex-comodoro Norrington. La música es la misma por lo que aquí no hay queja. Dirigida con un aire clásico, con parajes preciosos y una magnífica ambientación.
Una diversión para toda la familia, cine de siempre puesto al día de la mejor manera.
- NOTA: 7,5/10
- Lo mejor: los personajes secundarios.
- Lo peor: demasiado larga.
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