estaría el paraíso.
Este libro es una de esas pequeñas joyas que llegan a las manos de uno por casualidad, o tal vez como un guiño extraño del Destino.
Este Diario de Adán y Eva no es una de las obras más conocidas de Samuel Clemens. Lástima, porque es una delicia de leer. Tiene apenas 60 páginas por lo que se devora en un periquete y uno se queda con ganas de más.
El libro resulta un magnífico retrato lírico de la condición humana, donde el autor desarrolla inteligentemente su ya famoso sentido del humor. Cuenta las impresiones mutuas entre el primer hombre y la primera mujer en el Jardín del Edén. Adán aparece como una persona que sólo aspira a descansar pero que poco se va interesando por el mundo que le rodea, gracias a la ayuda de su inseparable compañera. Eva es retratada como alguien inquieta, preocupada por la belleza que la rodea, y que necesita hablar y compartir sus sentimientos (cosa que a Adán no le hace mucha gracia).
Y no cuento más, que 60 páginas se pasan en un suspiro.
- NOTA: 9/10
- LO MEJOR: el sentido del humor. La parte en que ambos discuten por los nombres que hay que poner a las cosas, o la parte en qué Adan intenta adivinar a qué especie de animal pertenece su hijo.
- LO PEOR: que algunos conceptos de la obra, sacados fuera de contexto, enfaden a algunas féminas. Por favor, cada cosa que se lea en su contexto histórico.
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