- TVE. Siguiendo su política de recorte de gastos decidieron no pujar por los carísimos derechos televisivos del Mundial. El problema es que siguen perdiendo dinero a marchas forzadas y la audiencia huye despavorida. Por si esto fuera poco, también han perdido los derechos de la Liga de Campeones. Con todo esto se desprende un aire de melancolía en sus informaciones deportivas. Les quedan las motos (derechos que también pueden perder) y el baloncesto ACB, aunque a este último le come terreno el fútbol sala.
- Telecinco. Su gallina de los huevos de oro es azul y conduce un coche. Con eso tienen de sobra. Se limitan a dar las informaciones del Mundial de manera aséptica (no va Lobato a la concentración española).
- Antena 3. Cumple el expediente y punto. Esperan silenciosamente, sabedores del peñazo que darán gracias a sus flamantes derechos para dar un partido de cada jornada de Champions. Además van a darle boleto al inefable J. J. Santos. ¡Cuánto lo vamos a echar de menos!
- Cuatro/Canal +. Han montado un tenderete enorme en la Plaza de Colón que está siendo todo un éxito. La Barceló está desavinagrándose con ese Maracaná Alemania 06, todo un descubrimiento. Robinson comodísimo como maestro de ceremonias en el plus. Los contras: Maradona y Carlos Martínez. El astro argentino ha sido muy grande en la cancha, ha caído a lo más bajo y se ha recuperado, y está hecho un chaval, pero su personaje público me da cierto repelús. El reportero Martínez está desluciendo las retransmisiones. Antes daba gusto escucharle narrar los partidos del plus (aunque destilaran cierto barcelonismo, pese a que él, al parecer, es madridista), pero últimamente, sobre todo desde que hace la Champions, se flipa: grita demasiado, le da un toque radiofónico que no se ajusta al medio televisivo, y cada vez va a peor. Exceso de decibelios.
- La Sexta. Han echado el resto: 24 horas de fútbol, decenas de comentaristas y supuestos expertos, reporteros y corresponsales cubriendo cada palmo de Alemania, escenarios y tecnología 3D para el análisis... En fin, demasié p'al body. Y Andrés Montes. La inclusión del comentarista bromista provoca reacciones opuestas: o se le ama o se le odia. Personalmente no me gusta nada y encima le pega el gilipollismo a sus compañeros, con lo que al final la retransmisión es un cachondeo. Encima (no sé si le pasará a todo el mundo) la imagen llega con un par de segundos de retraso, por lo que, si uno quita el sonido y pone la radio para no aguantar al jugón, se vuelve loco. Además se destila un ligero aire de cutrería en algunos casos. ¡Ah! Y los ex-jugadores comentaristas son Julito Salinas, abducido por el montismo, y Chapi Ferrer, más soso que un yogur de agua. Pero bueno, mejoran con los días.
Otro día hablo de la guerra por los derechos televisivos de los equipos de primera. En el caso del Madrid el escándalo puede ser de impresión.
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