¡Vamos Super!
Por fin voy a hablar de la que es, según mi parecer, la película más esperada del verano. Vuelve el Hombre de Acero y lo hace por la puerta grande. Son tantas cosas las que contar sobre la película y lo que la rodea que más vale armarse de paciencia para leer lo que viene a continuación.
La historia, salvo matices, es un calco del Superman de Richard Donner y no han tenido la decencia de reconocer que era un remake. Mala señal. Ya han salido los nostálgicos de turno para sacudir a esta película, aprovechando ese aire de remake para hacer comparaciones. Que si él no es Christopher Reeve, que si ella es una sosa, que si Spacey aburre, que bla bla bla. Dejemos claro qué clase de película estamos viendo: se trata de la resurrección cinematográfica de Superman, tras la entrañable pero olvidable Superman III y la infumable Superman IV. El objetivo es que las nuevas generaciones vuelvan a vivir con emoción las aventuras del superhéroe del calzón rojo. Estos talibanes del Superman original son iguales que los que demonizaban al Jar-Jar Binks de La amenaza fantasma sólo porque no era como el Chewbacca que ellos habían visto en su niñez, y no parecen comprender que similares reacciones de rechazo también se produjeron en el estreno de la trilogía original. La nostalgia es mala consejera a la hora de juzgar una película. Para gustos, los colores. Habrá gente a la que le guste el primer Superman y aborrezca a esta nueva versión, y habrá otros que se carcajeen viendo el Superman setentero con sus cables y dando vueltas a la Tierra para retroceder en el tiempo (menos mal que no se les ocurrió poner esto en la nueva versión).
Tras marcar terreno vamos al grano. La película arranca en un punto posterior a Superman II. Nuestro héroe se ha ido a buscarse a sí mismo entre las ruinas de Krypton. Cuando vuelve, descubre con horror que la gente ha aprendido a vivir sin Superman, que Lois Lane se ha liado con otro y tiene un hijo, y que ella pasa de Superman. Mientras tanto, Lex Luthor ha aprovechado su ausencia para salir de la cárcel, recuperar su riqueza e idear un plan malvado para derrotar al protagonista.
La película es todo un homenaje a Superman. Desde la voz en off de Marlon Brando, los títulos de crédito iniciales, la música de John Williams (sí, la de tin to nin ton, tin to ninnnn), el aire intemporal de los decorados y vestuarios... Vamos, que tiene todo para ganarse al fan de Superman. Por supuesto, los efectos especiales son espectaculares y ofrecen una demostración de los poderes del kryptoniano hasta ahora nunca vista, con lo que engancha al público palomitero. El hecho de tener a Bryan Singer al cargo es garantía de calidad en los acabados. No obstante, le falta algo, un puntillo para ser redonda.
¿Dónde está el problema? Analicemos el reparto. Él (Brandon Routh) está bien como Superman aunque no se le da tiempo para lucirse como Clark Kent (lástima, porque siempre suele ser de lo mejor). Kevin Spacey está bastante convincente como Lex Luthor, y esto es importante, pues los malos siempre suelen ser lo mejor de las películas de superhéroes. Los secundarios son los más logrados, tanto Perry White como Jimmy Olsen (muy bueno). El niño algo repelente. El problema está tal vez en ella (Kate Bosworth) como Lois Lane. Sí, muy mona y todo eso pero no se percibe el aire neurótico y estresado de esa reportera intrépida e incisiva. Sin embargo, para las escenas románticas está mejor.
El otro problema está en la duración. Dos horas y media para esta clase de filme resultan excesivas. Pero a mí me asaltan dudas, ¿qué quitar exactamente? Mucha gente se cargaría el final del hospital, pero a mí me gusta bastante (simbolismos aparte). Tal vez la parte del hidroavión y el barco hubiese sido mejor dejarla para otro día y dar más tiempo al enfrentamiento Superman-Luthor que luego se echa algo de menos.
Dejando estos importantes detalles a un lado, nos encontramos ante una película con buenas perspectivas. Es casi seguro que, de tenerla, su secuela será un película redonda porque sus responsables (si son los mismos) aprenderán de sus errores. Algo parecido sucedió con Spiderman: a la primera parte le faltaba un hervor, pero la segunda recuperó el espíritu de nuestro trepamuros favorito.
Estoy deseando ver una pelea entre Superman y el General Zod con los efectos especiales actuales.
Por fin voy a hablar de la que es, según mi parecer, la película más esperada del verano. Vuelve el Hombre de Acero y lo hace por la puerta grande. Son tantas cosas las que contar sobre la película y lo que la rodea que más vale armarse de paciencia para leer lo que viene a continuación.
La historia, salvo matices, es un calco del Superman de Richard Donner y no han tenido la decencia de reconocer que era un remake. Mala señal. Ya han salido los nostálgicos de turno para sacudir a esta película, aprovechando ese aire de remake para hacer comparaciones. Que si él no es Christopher Reeve, que si ella es una sosa, que si Spacey aburre, que bla bla bla. Dejemos claro qué clase de película estamos viendo: se trata de la resurrección cinematográfica de Superman, tras la entrañable pero olvidable Superman III y la infumable Superman IV. El objetivo es que las nuevas generaciones vuelvan a vivir con emoción las aventuras del superhéroe del calzón rojo. Estos talibanes del Superman original son iguales que los que demonizaban al Jar-Jar Binks de La amenaza fantasma sólo porque no era como el Chewbacca que ellos habían visto en su niñez, y no parecen comprender que similares reacciones de rechazo también se produjeron en el estreno de la trilogía original. La nostalgia es mala consejera a la hora de juzgar una película. Para gustos, los colores. Habrá gente a la que le guste el primer Superman y aborrezca a esta nueva versión, y habrá otros que se carcajeen viendo el Superman setentero con sus cables y dando vueltas a la Tierra para retroceder en el tiempo (menos mal que no se les ocurrió poner esto en la nueva versión).
Tras marcar terreno vamos al grano. La película arranca en un punto posterior a Superman II. Nuestro héroe se ha ido a buscarse a sí mismo entre las ruinas de Krypton. Cuando vuelve, descubre con horror que la gente ha aprendido a vivir sin Superman, que Lois Lane se ha liado con otro y tiene un hijo, y que ella pasa de Superman. Mientras tanto, Lex Luthor ha aprovechado su ausencia para salir de la cárcel, recuperar su riqueza e idear un plan malvado para derrotar al protagonista.
La película es todo un homenaje a Superman. Desde la voz en off de Marlon Brando, los títulos de crédito iniciales, la música de John Williams (sí, la de tin to nin ton, tin to ninnnn), el aire intemporal de los decorados y vestuarios... Vamos, que tiene todo para ganarse al fan de Superman. Por supuesto, los efectos especiales son espectaculares y ofrecen una demostración de los poderes del kryptoniano hasta ahora nunca vista, con lo que engancha al público palomitero. El hecho de tener a Bryan Singer al cargo es garantía de calidad en los acabados. No obstante, le falta algo, un puntillo para ser redonda.
¿Dónde está el problema? Analicemos el reparto. Él (Brandon Routh) está bien como Superman aunque no se le da tiempo para lucirse como Clark Kent (lástima, porque siempre suele ser de lo mejor). Kevin Spacey está bastante convincente como Lex Luthor, y esto es importante, pues los malos siempre suelen ser lo mejor de las películas de superhéroes. Los secundarios son los más logrados, tanto Perry White como Jimmy Olsen (muy bueno). El niño algo repelente. El problema está tal vez en ella (Kate Bosworth) como Lois Lane. Sí, muy mona y todo eso pero no se percibe el aire neurótico y estresado de esa reportera intrépida e incisiva. Sin embargo, para las escenas románticas está mejor.
El otro problema está en la duración. Dos horas y media para esta clase de filme resultan excesivas. Pero a mí me asaltan dudas, ¿qué quitar exactamente? Mucha gente se cargaría el final del hospital, pero a mí me gusta bastante (simbolismos aparte). Tal vez la parte del hidroavión y el barco hubiese sido mejor dejarla para otro día y dar más tiempo al enfrentamiento Superman-Luthor que luego se echa algo de menos.
Dejando estos importantes detalles a un lado, nos encontramos ante una película con buenas perspectivas. Es casi seguro que, de tenerla, su secuela será un película redonda porque sus responsables (si son los mismos) aprenderán de sus errores. Algo parecido sucedió con Spiderman: a la primera parte le faltaba un hervor, pero la segunda recuperó el espíritu de nuestro trepamuros favorito.
- NOTA: 7,5/10
- Lo mejor: todos los homenajes al Superman clásico.
- Lo peor: demasiado larga. Puede aburrir al público no preparado.
Estoy deseando ver una pelea entre Superman y el General Zod con los efectos especiales actuales.