lunes, julio 10, 2006

Cars


Cine de toda la vida renderizado.

Pixar lleva demostrando su maestría en el cine de animación digital durante estos años. Pero es que además saben contar historias de las de antes, de las que parece que ya no se hacen. Es ahora con Cars cuando efectúan un salto mortal, un arriesgado equilibrismo, pues a priori resulta complejo extraer expresividad y humanizar a esas máquinas de cuatro ruedas. No obstante, Pixar lo logra de nuevo y con creces.

La historia es bastante tópica. Nuestro héroe, joven y egoísta, engullido por la espiral de la fama, termina por casualidad en un pueblo perdido en medio del desierto. Allí, rodeado de pintorescos personajes, se descubrirá a sí mismo, aprenderá a ser mejor persona y de paso ayudará a los demás a ser más felices. Está la chica, el amigo gracioso, los secundarios cómicos, y el anciano maestro con un oscuro pasado.

En esta película se funden dos vías claramente definidas. Por un lado la película es un alegato a los coches como elemento de descubrimiento personal o como suministrador de libertad: la sensación de velocidad se consigue desde el primer segundo, las escenas de paseo en la carretera del desierto son maravillosas, sacadas de un anuncio de ¿Te gusta conducir? Se nota la pasión y el amor a los coches de quien firma la película. Y por otro lado está la mirada nostálgica, a la búsqueda de una América (y de un mundo) que ya no existe. Un mundo donde la gente no tiene prisa, donde la gente se saluda por la calle o se para a charlar educada o amablemente. Esta melancolía se refleja en la Ruta 66, la famosa carretera que atraviesa el pueblo de Radiador Springs, y que se suma en el abandono por la construcción de una fría e impersonal autopista, donde la gente circula sin admirar la maravillosidad del paisaje.

Pese a abordar temas manidos, la película siempre deja lugar a la sorpresa, bien por su fino humor (apto para todos los públicos), por su perfección técnica o por todos los detalles casi imperceptibles de este mundo animado. Es probable que mucha gente no aprecie estos matices y que la película le resulte monótona, e incluso excesivamente moralista. Pero estamos ante cine de toda la vida, del verdadero cine de los sábados por la tarde, preparado para el disfrute de toda la película. Éstas eran las premisas de partida de Cars y las cumple a rajatabla. Teniendo esto en mente nadie puede sentirse decepcionado. Una película con corazón escondida bajo el capó de relucientes coches de carreras.
  • NOTA: 8,5/10
  • Lo mejor: las escenas de velocidad y la perfección técnica en los paisajes. Los desternillantes títulos de crédito finales.
  • Lo peor: las típicas cancioncillas Disney y que se puede hacer un poco larga a la mitad.
  • Obs.: en el doblaje español hay muchas voces conocidas pero que pasan casi desapercibidas por lo poco que hablan. Mención especial para Antonio Lobato haciendo de locutor muy muy dignamente.

1 comentario:

Anónimo dijo...

En la critica tu mismo has destapado sus defectos y aun asi le pones una nota tan alta. Yo no creo que se merezca mas de un 6.5