Ante semejante título pueden surgir dos sencillas preguntas:
¿Quién es el genio? Y. ¿Por qué se reinventa?
La respuesta a la primera cuestión es sencilla, John Williams, mientras que la segunda me llevará al desarrollo de este artículo.
¿Por qué se reinventa? En los últimos títulos en los que ha contribuido con su prodigio y genialidad no ha conseguido, o no ha querido conseguir, unas composiciones tan comerciales, épicas y pegadizas como en anteriores sagas en las que colaboró -recordemos sobre todo las de Indiana Jones y La Guerra de las Galaxias-, donde la música ha quedado para la posteridad como unas melodías fácilmente reconocibles incluso tarareadas debajo del agua.
Sin embargo, aunque en su último trabajo, la saga del "carismático" mago Harry Potter, la melodía no trasciende tanto hasta grabarse en la placa fotográica de nuestras mentes, ha logrado un mundo musical, complicado y brillante, que enfatiza el ambiente mágico que requiere este singular universo, dotándolo de una singularidad destacable, haciéndole único e inseparable a esa música de duendes acechantes y crótalos tintineantes. En pocas palabras, ha creado un estilo musical reconocible, únicamente para el mundo de los magos y los muggles, (y de aquí brota la reinvención) en vez de simplemente elaborar una banda sonora genial de melodías sublimes.
Puede ser que el precio de este mundo musical sea que no tenga tan memorables tonos para el móvil, o tal vez aún nos quede por descubrir de J. Williams que es capaz de ambas cosas, pero de momento nos podemos deleitar con esta nueva primavera de unos de los mejores compositores de bandas sonoras de todos los tiempos que ha logrado hacer que la gente se sumerja en un mundo totalmente construido y absorvente.
Invito a todo lector de este artículo a experimentar la magia y las sensaciones humanas en la banda sonora de la película Harry Potter: El Prisionero de Azkaban.
Gracias lector por tu atención y un cariñoso saludo.
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