martes, agosto 10, 2004

Yo, robot

Primera ley: Un robot no puede hacer daño a un ser humano o, por inacción, permitir que un ser humano sufra daño.

Segunda ley: Un robot debe obedecer las órdenes dadas por los seres humanos, excepto si estas órdenes entrasen en conflicto con la Primera Ley.

Tercera ley: Un robot debe proteger su propia existencia en la medida en que esta protección no entre en conflicto con la Primera o la Segunda Ley.

Éstas son las tres leyes de la Robótica que rigen el funcionamiento de cualquier robot. Nos encontramos en Chicago, año 2035, los robots forman parte de la vida cotidiana trabajando al servicio de los seres humanos. Todo el mundo confía en ellos excepto una persona: el detective Spooner (Will Smith) que sufrió una mala experiencia en el pasado que le dejó marcado. La muerte en extrañas circunstancias del creador de las Tres Leyes hace sospechar a Spooner de la implicación de un robot aunque esto aparentemente resulte imposible debido a que ningún robot puede quebrantar sus leyes fundamentales. A medida que avance la investigación, el detective descubrirá una trama que pone en peligro a toda la Humanidad.

Había aspectos de la película que a priori me resultaban atractivos: el director, Alex Proyas, autor entre otras películas de "El cuervo"; también era interesante el planteamiento de la película, en un futuro no muy lejano. Sin embargo, a medida que iba transcurriendo la película me mostraba cada vez más desencantado: lo que podía ser un prometedor thriller de ciencia-ficción se convierte en una ensalada de tiros y explosiones para mayor lucimiento de Will Smith, cuyo personaje parece el de "La jungla de cristal" del año 2035.
La película no ahonda en los aspectos filosóficos que plantean las tres leyes como única conciencia de un robot sino que simplemente se intuyen en los diálogos de los personajes. Por ejemplo, ¿sería capaz un robot de dañar a un ser humano para proteger a otro que considere de más valía (su amo, sin ir más lejos)? La película lo plantea pero de manera muy superficial: es obvio que se trata de una superproducción veraniega y no de un documental para la clase de Filosofía.
Como siempre suele producirse en estos filmes, los efectos especiales son espectaculares (los robots están muy conseguidos) y ocultan en cierto modo el trabajo de los actores que en general están correctos.
Pese a todo esto, resulta una entretenida película de acción/ciencia-ficción con escenas muy interesantes, como la ejecución del robot o la persecución en la autopista. Aunque en todo momento da la sensación de que se podría haber hecho algo más con el material disponible.

  • NOTA: 6,5 / 10
  • Lo mejor: el robot Sonny.
  • Lo peor: el bombardeo de publicidad de los cinco primeros minutos.
  • Web de la película

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