Llega el calorcito y a los programadores televisivos se les reblandece el cerebro, así que se dedican a poner las mismas series un verano tras otro. Supongo que pensarán que a los demás se nos reblandece el cerebro de la misma forma y que, por tanto, estamos preparados para soportar las reposiciones.
Una cita fija en cuanto suben las temperaturas es El coche fantástico. Mítica serie que supuso el lanzamiento de David Hasselhoff para posteriormente aterrizar en otro bodrio susceptible de reposición como Los vigilantes de la playa. El problema de esta serie es que se mezclan los recuerdos infantiles con la cruda realidad. En el subconsciente colectivo está implantada la idea de que ésta es una serie mítica de la infancia, pero observándola hoy con un cierto espíritu crítico... en fin. Sólo una cosa ha resistido el paso del tiempo: el coche, Kitt.
Siendo todavía más selectivo lo único que merece la pena de ese carro es la lucecita que tiene en el capó: es hipnótica; cuando uno la mira moviéndose de izquierda a derecha se olvida del resto de paridas que tenía el cacharro: que si superpropulsores, que si podía volar, que si hablaba... todo eso queda olvidado en cuanto uno veía la lucecita parpadeando en la oscuridad o en el atardecer desértico que aparecía en los títulos iniciales. Y si ya se pone a sonar la música... je je.
Una cita fija en cuanto suben las temperaturas es El coche fantástico. Mítica serie que supuso el lanzamiento de David Hasselhoff para posteriormente aterrizar en otro bodrio susceptible de reposición como Los vigilantes de la playa. El problema de esta serie es que se mezclan los recuerdos infantiles con la cruda realidad. En el subconsciente colectivo está implantada la idea de que ésta es una serie mítica de la infancia, pero observándola hoy con un cierto espíritu crítico... en fin. Sólo una cosa ha resistido el paso del tiempo: el coche, Kitt.
Siendo todavía más selectivo lo único que merece la pena de ese carro es la lucecita que tiene en el capó: es hipnótica; cuando uno la mira moviéndose de izquierda a derecha se olvida del resto de paridas que tenía el cacharro: que si superpropulsores, que si podía volar, que si hablaba... todo eso queda olvidado en cuanto uno veía la lucecita parpadeando en la oscuridad o en el atardecer desértico que aparecía en los títulos iniciales. Y si ya se pone a sonar la música... je je.
El resto de la serie es para olvidar: el amigo David (Michael Knight) sólo pone la jeta porque del resto mejor no hablar, luego estaba Devon que es el que manejaba el tinglado (a día de hoy todavía no sé por qué) y la chica de los ordenadores de cuyo nombre no puedo acordarme.
Con todo, no es de lo peorcito que se puede ver en verano y para pasar el rato es tolerable. Desde aquí recomendamos como máximo una dosis diaria. No mezclar con Los vigilantes de la playa, puede producirse una sobredosis de Hasselhoff que unido a las altas temperaturas tendría resultados fatales.
NOTA: para los fanáticos de Los Simpson en el capitulo 2F10 aparece una gran parodia esta serie bajo el nombre de La lancha fantástica. Una vez más, lo clavan.
NOTA: para los fanáticos de Los Simpson en el capitulo 2F10 aparece una gran parodia esta serie bajo el nombre de La lancha fantástica. Una vez más, lo clavan.
No hay comentarios:
Publicar un comentario