Lo primero es comentar las ausencias notables:
- Friends: ¡cómo se me pudo olvidar! ¿Quién no conoce a Rachel, Monica, Phoebe, Joey, Chandler y Ross? Cada uno con su carácter y sus manías, pero tremendamente divertidos. ¡Qué pena que la serie se acabe!
- El ala oeste de la Casa Blanca: cuenta el día a día del equipo de colaboradores del hombre más poderoso del mundo. La serie está muy bien hecha, con unos guiones prodigiosos pero para mi gusto le falta un poco de mala leche. Aunque habla de los trapos sucios del poder lo hace desde la perspectiva "políticamente correcta". De todos modos es absolutamente recomendable.
- Seinfeld: me enganché muy tarde a esta serie pero es de lo más divertido que ha pasado por televisión. Cada episodio es una sucesión de acontecimientos surrealistas que en el fondo no cuentan nada, pero que no dejan indiferente a nadie. Y los personajes son para darles de comer aparte.
- Ana y los siete: nunca he visto de esta serie más de 30 milésimas seguidas (lo que tardo en cambiar de canal). En un principio fue una copia de La niñera con toques de Sonrisas y lágrimas aunque ahora parece derivar al culebrón (y lo digo viendo sólo las promociones). Viendo los resultados de audiencia parece que gusta.
- Los Serrano: no me hacen gracia. Deberían llamarse Los Resines porque Resines hace de Resines en un papel visto mil veces. Luego está Bonilla que hace de tonto o paleto o ambas cosas. La comicidad de la serie se basa en las desventuras de estos dos personajes y las del terrorista juvenil del hijo mediano. Lo dicho: no me hacen gracia. Si Los Serrano refleja la realidad española estamos apañados.
- Hospital Central: empezó como un plagio hispánico de Urgencias pero con menos medios. No la he visto mucho pero parece estar bien hecha y con suficiente realismo. Se salva.
- El comisario: tampoco la sigo mucho aunque no le va mal, entre otras cosas porque cada vez meten más escenas tipo C.S.I. lo que demuestra que quienes están detrás de la serie no son tontos. Demuestra cómo reciclar a las estrellas juveniles de Verano Azul.
- Siete vidas: bastante divertida, no se resiente del cambio de actores. Sólo un par de pegas: duración de los capítulos y caducidad de los chistes, dentro de 5 años habrá ciertas gracias que no se van a coger; esto no sucede con Friends o Seinfeld.
- Aquí no hay quien viva: la mejor. Realmente sí refleja la realidad española pero deformándola grotescamente haciéndola divertida. ¿Quién no tiene un vecino jeta que no paga la comunidad o un trepa que se cree el rey del mundo por ser el presidente de la comunidad? A esto añadimos unos guiones divertidos, con personajes magníficos (el portero, las jubiladas, el gay, el presidente de esta, nuestra comunidad). Merece la pena aunque no se desprende de los defectos ya comentados de las series nacionales.