sábado, diciembre 16, 2006

Corsarios de Levante

Durante casi dos años serví con el capitán Alatriste en las galeras de Nápoles. Por eso hablaré ahora de escaramuzas, corsarios, abordajes, matanzas y saqueos. Así conocerán vuestras mercedes el modo en que el nombre de mi patria era respetado, temido y odiado también en los mares de Levante. Contaré que el diablo no tiene color, ni nación, ni bandera; y cómo, para crear el infierno en el mar o en la tierra, no eran menester más que un español y el filo de una espada. En eso, como en casi todo, mejor nos habría ido haciendo lo que otros, más atentos a la prosperidad que a la reputación, abriéndonos al mundo que habíamos descubierto y ensanchado, en vez de enrocarnos en las sotanas de los confesores reales, los privilegios de sangre, la poca afición al trabajo, la cruz y la espada, mientras se nos pudrían la inteligencia, la patria y el alma. Pero nadie nos permitió elegir. Al menos, para pasmo de la Historia, supimos cobrárselo caro al mundo, acuchillándolo hasta que no quedamos uno en pie. Dirán vuestras mercedes que ése es magro consuelo, y tienen razón. Pero nos limitábamos a hacer nuestro oficio sin entender de gobiernos, filosofías ni teologías. Pardiez. Éramos soldados.

Por fin llega a nuestras librerías el sexto libro de las aventuras del Capitán Alatriste e Íñigo Balboa. En esta ocasión, Reverte nos embarca en una galera, La Mulata, que navega por el Mediterráneo enfrentándose al Turco, los moros, corsarios ingleses y cualquier otro enemigo ya sea en mar o en tierra.

Cuando el libro llegó a mis manos tenía bastantes reparos en leerlo. En la literatura y el cine no termino de digerir bien el western y los barcos (extrañas fobias, supongo), y además la aventura cinematográfica Alatriste me había dejado algo desorientado. Sin embargo, nada más poner pie en la cubierta de La Mulata devoré el libro con gran entusiasmo. Por un lado se habían abandonado las intrigas palaciegas de anteriores entregas y la acción era mucho mayor. Y es precisamente en ese terreno donde Pérez-Reverte se luce y lo hace con gran maestría: la guerra, los abordajes feroces, las carnicerías sobre cubierta, etc. Puede sonar escabroso, pero como bien narra el libro, la lucha en aquella época era así y perfectamente plasmada queda.

El otro punto fuerte del libro es el lenguaje. Como buen conocedor del tema, el autor llena la narración de terminos náuticos (que no reproduciré por mi gran ignorancia) y del ya clásico lenguaje de la época, con su hideputas, votoatales, juroacuales y similares. Se nota que Pérez-Reverte juega en casa, con un público entregado y se luce.

Por otro lado, el desarrollo de los personajes también avanza hacia temas más maduros. Alatriste empieza ser consciente de que se encuentra en el principio de su ocaso, el héroe cansado es cada vez más cansado, y se preocupa porque reconoce en Íñigo al joven que una vez fue, y para el que desea un futuro mejor. Mientras tanto, Íñigo, con la arrogancia de la juventud, vive el conflicto de querer ser tratado como un hombre pero que choca con la realidad de un mundo lleno de peligros a los que aún no se ha enfrentado. Esto le provocará conflictos con el Capitán, en el que ya no ve al héroe de antes y del que, aunque él ya no lo crea, todavía tiene mucho que aprender.

El resto es lo ya conocido de las novelas anteriores: una gran recreación de los escenarios de la época (Orán, Nápoles, las galeras), un aire reivindicativo y didáctico de la historia de España, con veladas referencias a la historia actual. Y es esa reivindicación, que a mucha gente puede resultarle molesta, uno de los aspectos que más me ha gustado del libro. De aquella época tenemos un conocimiento más o menos extenso de las campañas en Flandes, Francia y América, pero existe un gran desconocimiento de lo que acontecía en el Mediterráneo. Se sabe algo de Lepanto, Barbarroja, pero son pinceladas. Es oír la palabra corsario o pirata, y pensar en esos aventureros de diseño manufacturados por Hollywood; y resulta que los teníamos al lado, en nuestros libros de Historia, probablemente con menos glamour, pero con mucha más verdad.
Y también se habla, y mucho, de la expulsión de los moriscos de 1609, una de las muchas estériles guerras civiles (unas sordas y otras ruidosas en exceso) que han plagado la muy trágica historia de la vieja España.

  • LO MEJOR: la batalla naval (que existió) final, en las costas de Anatolia, frente a las bocas de Escanderlu.
  • LO PEOR: hubiera sido de agradecer un pequeño glosario de términos náuticos, porque para el lector no versado puede resultar algo complicado seguir ciertos pasajes de la narración.
  • NOTA: 8/10 (un buen regalo para estas fechas)

sábado, octubre 21, 2006

Collateral


Improvisa.

Da gusto ver las pelis de Michael Mann. Entretenimiento pero siempre con algo más, con ese regusto de haber visto una buena película, y si es de acción mucho mejor, porque tienen algo que las marca especialmente, una especie de sello Mann.

En esta ocasión la historia es simple y hasta cierto punto predecible. Un taxista de Los Ángeles en el turno de noche recoge a un curioso pasajero que le ofrece una extraña oferta: le pagará cuantiosamente para que le lleve a hacer cinco visitas por la ciudad. Pronto descubrirá que su pasajero es un asesino a sueldo y que esas "visitas" son para matar a cinco personas. A partir de ese momento, nuestro taxista sufrirá la que será, sin duda, la peor noche de su vida.


Estamos ante una entretenidísima película de acción de ritmo intenso, que atrapa desde el primer momento, con efectivos (aunque no siempre acertados) giros de guion cuando la trama empieza a volverse repetitiva, y grandes secuencias de acción (como casi siempre que está Mann por medio). Entre los dos protagonistas y el espectador se produce una curiosa complicidad: sabemos que el malo es un asesino implacable y que el taxista es una buena persona, pero por extraño que parezca, al conocer el espectador el previsible desarrollo de los acontecimientos, se puede llegar a comprender las motivaciones de ambos y que el asesino no provoque rechazo (acierto o fallo de Tom Cruise, según se mire).


La nocturnidad, siempre presente en la película, y ese tono de
road movie urbana, permiten trazar una radiografía del alma de Los Ángeles, simplemente con planos aéreos y una fotografía muy buena. Si a esto añadimos una cuidada banda sonora, se logra mantener siempre la tensión incluso cuando entre medias hay supuestos diálogos filosóficos de orientación Tarantiniana.

Lo que más lastra a la película son algunas lagunas de guion. El personaje del policía, interpretado por Mark Ruffalo, siempre parece que va a llegar a más, a tener una importancia capital en la película, pero luego se queda en nada. Algo parecido sucede con Javier Bardem, que aparece en una notable escena pero supeditada al lucimiento de Foxx, para luego quedarse también en nada. Del mismo modo, la irrupción del FBI se queda en nada. Y es una lástima, porque el espectador empieza a imaginar complicados desenlaces con varios bandos implicados, para luego desembocar en un final bastante esperable desde el primer minuto y que sólo se salva gracias al talento de Mann y su increíble sentido del ritmo.
  • LO MEJOR: las escenas de acción (la de la discoteca es muy buena) y ver que a Tom Cruise le sientan mejor los papeles de malo.
  • LO PEOR: lo desaprovechados que resultan los secundarios en comparación con la trama principal. Mención especial en este caso para Ruffalo y Bardem (por ser de casa).
  • NOTA: 8/10

sábado, septiembre 16, 2006

Alatriste


Un Tercio español no se rinde. Una superproducción española tampoco.

Difícil tarea la de comentar la película española más arriesgada de los últimos años. Arriesgada por el presupuesto, desorbitado para lo que aquí se maneja; arriesgada por la adaptación al cine de un personaje literario como el Capitán Alatriste; arriesgada por tener en el reparto a una estrella de cine internacional como Viggo Mortensen; y arriesgada por querer realizar un blockbuster veraniego sin perder ese aire de cine pequeño, intimista y de autor.

La primera impresión que se lleva uno cuando ve la película es precisamente que no se encuentra ante una película española al uso: aquí hay dinero, medios y talento y se muestra en cada segundo del metraje. Desde el magnífico arranque en la nebulosa y húmeda Flandes hasta el épico final en Rocroi. Pero a medida que avanza la película aparecen claramente diferenciados los aspectos negativos y positivos de la película. Es tan llamativa dicha separación que ambos merecen ser comentados aparte.

Empecemos por lo negativo. Aquí sin lugar a dudas hay que hablar del guion. Cuando supe que iban a hacer una adaptación cinematográfica de los libros de Pérez-Reverte me estrujé la cabeza pensando cuál de ellos sería más adecuado o si era factible realizar una saga de películas, más teniendo en cuenta que todavía faltan aventuras del Capitán por publicar. Seguramente a Díaz Yanes, espléndido guionista y no tan espléndido director, le pasaría algo parecido, así que decidió tomar el camino más corto, que no el más sencillo: escribir una única película que resumiese todas las andanzas de Alastriste e Íñigo Balboa. Llegados a este punto las dificultades son dos: captar el espíritu de la obra en su conjunto, lograr que el espectador tenga una idea inequívoca de los personajes viéndolos en pantalla del mismo modo que si leyese los libros; y segundo, lograr una obra coherente con una estructura definida. Lo primero se ha logrado, y con creces, realmente parece que los Alatriste, Olivares o Alquézar hayan salido del papel para integrarse en ese siglo XVII que se nos muestra en pantalla. Sin embargo, no se ha logrado la coherencia; la película parece una sucesión de secuencias de los libros, mal engarzadas y que pueden desorientar al espectador, sobre todo si no ha leído los libros porque aparecen y desaparecen personajes, hay cabos que no terminan de atarse, se mezclan sin mucho criterio episodios de gran ritmo con otros excesivamente lentos o que uno no termina de ver su importancia dentro de la historia sin más que justificar que aparece en el libro de turno, y que hay que seguir la linealidad de la historia.
Dejando de un lado el guion hay más aspectos negativos. No son tan llamativos a su lado, pero resultan algo desconcertantes. Primero el reparto. Mucha gente me ha comentado que si fulanito lo hace fatal, que si menganito no pega nada, etc. Personalmente creo que es un reparto magnífico con dos puntos negros: no veo a Blanca Portillo en un papel masculino, más que nada porque toda la sala sabe que ese personaje es una mujer, sensación que se acrecienta cuando habla pues su voz no intenta reflejar masculinidad por ningún lado; y luego está Mortensen que pone un extraño acento con eses demasiado líquidas que choca al principio, pero que luego se olvida gracias a su magnífica actuación.
Y para terminar con lo negativo está la música de Roque Baños, casi perfecta como en él es habitual pero que para mi gusto canta al incluir pequeños fragmentos de guitarra española, algo incomprensible si no es por intentar endulzar la banda sonora pensando en un hipotético mercado internacional.

Y el resto es bueno, no bueno, MUY bueno. Mortensen es el auténtico Capitán Alatriste, por su porte, sus movimientos, su actitud y su mirada. Sin lugar a dudas, en cuanto Mortensen mira al espectador se ve con claridad diáfana a ese soldado cansado de la España de los Austrias, que lucha por un honor y una gloria hace tiempo perdidos. El resto del reparto está bien, destacando Eduard Fernández como Copons y Javier Cámara como el Conde-Duque de Olivares.
La ambientación también es destacable. Realmente el espectador se ve inmerso en el decadente Siglo de Oro español. Esa atmósfera de fin de una era, de cansancio, de suciedad se plasma con eficacia en pantalla, y las secuencias de batalla son extremadamente crudas y realistas, un toque de atención a los fanáticos del copy-paste informático.
Mención aparte merece la fotografía. Sublime, increíble. Parece como si el propio Velázquez estuviese presente en cada fotograma, pintándolo y dandole su personalidad. Hay un par de escenas de interior, donde la luz del amanecer entra por la ventana e ilumina una mesilla, que parecen bodegones o un detalle de la Vieja friendo huevos del genial pintor sevillano. Sólo por la fotografía ya merecería pagar el precio de la entrada.

El resultado de todo es una película desequilibrada. Es espectacular pero no todo lo deseable en una superproducción. Es lírica pero con esos momentos de lirismo metidos a veces con calzador. Al final se queda en un estado de indefinición donde el esfuerzo de producción salva al conjunto, que hace aguas por el guion, precisamente la parte de la que menos se podría esperar de una película española (al menos suele ser de lo que más se presume).
  • LO MEJOR: la fotografía, sin duda.
  • LO PEOR: el guion.
  • NOTA: 7/10
NOTA. Con esta película creo que acabo con la serie de taquillazos veraniegos. Ahora que se acerca el frío la cartelera se transforma, dejando paso a las comedias románticas, más cine español y europeo, y a los grandes nombres estadounidenses. Sin ir más lejos ya se vislumbran a Scorsese y Allen en el horizonte. Seguiremos informando.

sábado, agosto 19, 2006

Poseidón


Una peli clásica de catástrofes.

Llevamos un veranito de pelis "clásicas" en el sentido de que cumplen estrictamente las normas del género. Poseidón es tal vez el caso más paradigmático de los vistos últimamente.

La película está vista antes de entrar a la sala. Primero una muestra general del mundo idílico donde se desarrolla la acción y que luego será su mayor pesadilla (un crucero esta vez). Después se esbozan los protagonistas, lo justo para que podamos tenerlos calados con apenas una breve aparición de un par de minutos. A continuación la catástrofe en sí, en cada película más espectacular mientras evolucionan los efectos especiales generados por ordenador. Le sigue el despertar después del desastre (en un barco boca abajo), con recuento de víctimas y estado de los supervivientes. Un grupo de valientes/locos (los protas) que deciden salvar su vida a toda costa, sin ser completamente conscientes de las trampas que les esperan por el camino.

Llegados a este punto de la película, que suele producirse tras pasar media hora, el mayor aliciente está en hacer apuestas por ver quién será el próximo en palmar o cuáles serán los supervivientes finales. Mientras tanto la película se esfuerza en entretener y mantener la emoción, y que el espectador se la tome en serio. En el caso de Poseidón tenemos un grupo relativamente homogéneo para lo habitual en estos casos: padre bombero + hija + novio, superprota valiente y listísimo que encima estuvo en la Marina, madre soltera + niño repelente, polizona religiosa, un superidiota y un gay depresivo (antes había un negro pero los tiempos cambian).

Pese a la infinidad de tópicos la película es altamente entretenida. Espectacular al inicio, asfixiante por momentos y claustrofóbica otros. El dato más relevante es que se pasa el tiempo volando: dura hora y media, pero uno cree que sólo ha pasado una hora. Los efectos especiales son muy buenos y el grupo protagonista cumple a la perfección su papel. Poseidón no engaña a nadie y cumple lo previsto a la perfección.

  • NOTA: 6,5/10
  • Lo mejor: que sea tan simple, cualquier otro intento de buscar mensajes ocultos sólo la lastraría y la hundiría.
  • Lo peor: algunas escenas de la película que resultan algo inverosímiles y atentan contra la razón y el sentido común.

sábado, agosto 12, 2006

El Cofre del Hombre Muerto


¡Al abordaje... de la taquilla!

Hace ya tres años surgió un taquillazo que revitalizó el género de piratas y aventuras. De paso propició la aparición de un personaje carismático, socarrón y pendenciero: el pirata Jack Sparrow. Tras saquear las salas de cine en su momento, vuelve con fuerzas renovadas para repetir éxito. ¿Lo conseguirán?

En esta ocasión, Jack Sparrow debe saldar una vieja deuda (su alma ni más ni menos) con Davy Jones, el monstruoso capitán del Holandés Errante -un barco cuya visión conduce inequívocamente a la perdición- y que controla al Kraken, el monstruo de los mares. Por otro lado, Will Turner y Elisabeth son detenidos y condenados a muerte justo antes de celebrar su boda. Un enigmático oficial de la Compañía de Indias le ofrece un trato a Will: debe conseguirle la brújula mágica de Jack Sparrow a cambio de unas patentes de corso. Nuevamente, los destinos de los tres protagonistas se unen en una gran aventura, cuyo fin es encontrar el Cofre del Hombre Muerto y desentrañar el secreto que éste oculta.

Bien, aquí tenemos la secuela del verano. Porque es eso, una secuela. No es nada malo. Por un lado tiene la ventaja de contar con unos personajes ya definidos, cosa que en el caso de esta película es una gran ventaja. Pero también parte con una gran desventaja: se pierde la sorpresa. Es por ello que supongo que los creadores de esta película decidieron ir más allá. Y eso es lo que hay: un grandioso espectáculo, una emocionante película de aventuras. Más de aventuras que de piratas. Es complejo explicar esto último pero digamos que hay mucha más tierra firme de la que uno espera en una película de piratas.
Lo malo de ir más allá es que es fácil pasarse. Siguiendo la regla circense del más difícil todavía han convertido la película en un pequeño circo. Hay escenas y peleas espectaculares pero poco creíbles, frisando el ridículo diría yo. El humor de la primera parte sigue ahí pero por momentos roza el absurdo, acercándolo a algo del estilo de la saga "... como puedas" y caricaturizando por momentos a los personajes.
El argumento se puede volver enrevesado para muchos y a veces hay lagunas que no se explican muy bien, y que deben contar con un acto de fe por parte de los espectadores. Y no será porque no haya tiempo para explicarlo: dos horas y media de metraje. Excesivo para la historia que se cuenta y las vejigas del público de la primera y tercera edad. Una historia que, sin ánimo de destripar nada, se queda colgada al final (espectacularmente colgada, eso sí), dejando todo abierto para resolverlo en una tercera parte que se está terminando de rodar. Esto queda muy bonito cuando se ven todas las pelis juntas, pero supone un pequeño cachondeo para el espectador. Supongamos que mañana se muere Orlando Bloom (esperemos que no pase) y la tercera parte se suspende. ¿Cómo queda esta película sin su natural finalización? Pues muy mal, pero bueno, esto de los cuelgues ha pasado en muchas trilogías (La guerra de las galaxias, Regreso al futuro, Matrix) y unas lo han resuelto bien, y otras mal. Ya veremos el año que viene.

Y ya está. Estos son los defectos. Porque todo los demas son virtudes. Muchas de ellas heredadas de la primera parte y otras son agradables sorpresas. El trío protagonista está bien: Depp irrepetible como el Jack Sparrow (hará más películas pero probablemente será recordado por siempre por este papel), Bloom progresa adecuadamente -más de lo que yo esperaba-, y ella está correcta, algo sosa tal vez. Pero lo mejor son los secundarios: la tripulación de la Perla Negra (Gibbs, Pintel, Ragetti, el tío del loro, etc.), la hechicera, el Gobernador Swann y hasta el ex-comodoro Norrington. La música es la misma por lo que aquí no hay queja. Dirigida con un aire clásico, con parajes preciosos y una magnífica ambientación.

Una diversión para toda la familia, cine de siempre puesto al día de la mejor manera.
  • NOTA: 7,5/10
  • Lo mejor: los personajes secundarios.
  • Lo peor: demasiado larga.

miércoles, agosto 02, 2006

La sombra de la sospecha


Entrada patrocinada por Ray-Ban.

Enésima película sobre conspiraciones para matar al Presidente de los Estados Unidos. En esta ocasión el protagonista es un agente del servicio secreto, una leyenda del cuerpo, que se ve incriminado en un plan para matar al presidente. Mientras todo los agentes secretos del universo le persiguen, él tiene que demostrar su inocencia y salvar al Hombre Más Poderoso del Mundo.

La película comienza muy bien, mostrando el trabajo diario de estos tipos que se juegan la vida por salvar la de alguien ¿más importante? (me recuerda a En la línea de fuego) A continuación llega la trama conspirativa, las persecuciones y los agentes dobles. Todo en un ritmo in crescendo para desembocar en un espectacular final.
El problema llega a la mitad de la película, cuando el personaje de Douglas es acusado injustamente. Entonces llega un calco de El fugitivo, pero con recursos, que para eso es agente secreto. Mientras que en el fugitivo no sabíamos quién era el manco, aquí nos olemos al traidor de lejos. Pese a este bajón, la película aguanta el tipo hasta el final con emoción y ritmo, todo a mayor gloria de Douglas que es el que pone el dinero.

Michael Douglas cumple como protagonista pese a su vergonzante estiramiento facial. Sutherland está bien en un papel extraño para los que somos fans de 24: su personaje se parece a Jack Bauer pero no mata a casi nadie; además, cada vez que aparece Sutherland estamos a la espera de que aparezca el relojito diciendo qué hora es. Longoria muy mona y correcta pero con un personaje insuficiente, tanto que si no hubiese salido no hubiera pasado nada. Y finalmente está Kim Basinger, sin duda la Primera Dama más bella de la historia del cine. El resto es un puñado de buenos secundarios que redondean la película.

Una película bastante recomendable para estos días veraniegos. Una buena manera de perder dos horas fresquito y sin que le tomen el pelo (y seis eurazos). Una película ya vista (parece una mezcla de infinitas películas) pero que no deja de entretener, y al final eso es lo que cuenta.
  • NOTA: 6,5/10
  • Lo mejor: el comienzo de la película.
  • Lo peor: se le ve el plumero desde lejos.

domingo, julio 23, 2006

Superman returns


¡Vamos Super!

Por fin voy a hablar de la que es, según mi parecer, la película más esperada del verano. Vuelve el Hombre de Acero y lo hace por la puerta grande. Son tantas cosas las que contar sobre la película y lo que la rodea que más vale armarse de paciencia para leer lo que viene a continuación.

La historia, salvo matices, es un calco del Superman de Richard Donner y no han tenido la decencia de reconocer que era un remake. Mala señal. Ya han salido los nostálgicos de turno para sacudir a esta película, aprovechando ese aire de remake para hacer comparaciones. Que si él no es Christopher Reeve, que si ella es una sosa, que si Spacey aburre, que bla bla bla. Dejemos claro qué clase de película estamos viendo: se trata de la resurrección cinematográfica de Superman, tras la entrañable pero olvidable Superman III y la infumable Superman IV. El objetivo es que las nuevas generaciones vuelvan a vivir con emoción las aventuras del superhéroe del calzón rojo. Estos talibanes del Superman original son iguales que los que demonizaban al Jar-Jar Binks de La amenaza fantasma sólo porque no era como el Chewbacca que ellos habían visto en su niñez, y no parecen comprender que similares reacciones de rechazo también se produjeron en el estreno de la trilogía original. La nostalgia es mala consejera a la hora de juzgar una película. Para gustos, los colores. Habrá gente a la que le guste el primer Superman y aborrezca a esta nueva versión, y habrá otros que se carcajeen viendo el Superman setentero con sus cables y dando vueltas a la Tierra para retroceder en el tiempo (menos mal que no se les ocurrió poner esto en la nueva versión).

Tras marcar terreno vamos al grano. La película arranca en un punto posterior a Superman II. Nuestro héroe se ha ido a buscarse a sí mismo entre las ruinas de Krypton. Cuando vuelve, descubre con horror que la gente ha aprendido a vivir sin Superman, que Lois Lane se ha liado con otro y tiene un hijo, y que ella pasa de Superman. Mientras tanto, Lex Luthor ha aprovechado su ausencia para salir de la cárcel, recuperar su riqueza e idear un plan malvado para derrotar al protagonista.

La película es todo un homenaje a Superman. Desde la voz en off de Marlon Brando, los títulos de crédito iniciales, la música de John Williams (sí, la de tin to nin ton, tin to ninnnn), el aire intemporal de los decorados y vestuarios... Vamos, que tiene todo para ganarse al fan de Superman. Por supuesto, los efectos especiales son espectaculares y ofrecen una demostración de los poderes del kryptoniano hasta ahora nunca vista, con lo que engancha al público palomitero. El hecho de tener a Bryan Singer al cargo es garantía de calidad en los acabados. No obstante, le falta algo, un puntillo para ser redonda.

¿Dónde está el problema? Analicemos el reparto. Él (Brandon Routh) está bien como Superman aunque no se le da tiempo para lucirse como Clark Kent (lástima, porque siempre suele ser de lo mejor). Kevin Spacey está bastante convincente como Lex Luthor, y esto es importante, pues los malos siempre suelen ser lo mejor de las películas de superhéroes. Los secundarios son los más logrados, tanto Perry White como Jimmy Olsen (muy bueno). El niño algo repelente. El problema está tal vez en ella (Kate Bosworth) como Lois Lane. Sí, muy mona y todo eso pero no se percibe el aire neurótico y estresado de esa reportera intrépida e incisiva. Sin embargo, para las escenas románticas está mejor.
El otro problema está en la duración. Dos horas y media para esta clase de filme resultan excesivas. Pero a mí me asaltan dudas, ¿qué quitar exactamente? Mucha gente se cargaría el final del hospital, pero a mí me gusta bastante (simbolismos aparte). Tal vez la parte del hidroavión y el barco hubiese sido mejor dejarla para otro día y dar más tiempo al enfrentamiento Superman-Luthor que luego se echa algo de menos.

Dejando estos importantes detalles a un lado, nos encontramos ante una película con buenas perspectivas. Es casi seguro que, de tenerla, su secuela será un película redonda porque sus responsables (si son los mismos) aprenderán de sus errores. Algo parecido sucedió con Spiderman: a la primera parte le faltaba un hervor, pero la segunda recuperó el espíritu de nuestro trepamuros favorito.

  • NOTA: 7,5/10
  • Lo mejor: todos los homenajes al Superman clásico.
  • Lo peor: demasiado larga. Puede aburrir al público no preparado.
PD: aprovecho estas líneas para comparar los dos Supermanes (setentero y actual). Del original me gusta mucho toda la primera parte, con Brando y Glenn Ford, y las primeras apariciones de Superman en Metrópolis. Luego está la parte del final dando vueltas a la Tierra que nunca he llegado a comprender cómo pudieron cagarla de esa forma. De esta nueva versión me gusta más el aire romántico (también presente en el original) y la forma (algo retorcida, eso sí) de dar una nueva vuelta a la historia.
Estoy deseando ver una pelea entre Superman y el General Zod con los efectos especiales actuales.

sábado, julio 22, 2006

Love actually


Inyección de amor y buen rollo.

Hay una serie de películas que no pueden clasificarse en buenas o malas. Son aquellas películas que uno ve con una sonrisa en la boca. Son aquellas películas en las que uno sale del cine mejor de lo que entró y mira de otra manera a la gente que le rodea. Son las películas
bonitas. Los ejemplos más paradigmáticos pueden ser ¡Qué bello es vivir!, La vida es bella o Amélie. A muchos les pueden parecer empalagosas, algo ñoñas y con el final feliz conocido de antemano. Claro que, al parecer, dicha gente prefiere sórdidos dramas, con trágicos finales que generan una desazón al abandonar la sala. En fin, obviamente Love Actually es una de esas películas bonitas.

El tema de la película es claro: el amor. Se nos muestra las distintas facetas del amor a través de una serie de historias donde se lucen los actores más famosos del cine británico y con una banda sonora cuidadosamente elegida para ser el regalo perfecto en Navidades o San Valentín.
En esta clase de películas con varias historias siempre hay unas mejores que otras. Personalmente, mis preferidas son la del escritor y la portuguesa, y la de la terapia amorosa entre un padre y su hijo de once años. No obstante, el resto de historias no desmerecen y se enlazan bastante bien unas con otras.

El reparto es estelar: Hugh Grant, Alan Rickman, Liam Neeson, Keira Knightley, Laura Linney, Emma Thompson, etc. Todos están bien pero hay uno que me llama la atención: Hugh Grant, que hace de... Hugh Grant; bueno, hace de Primer Ministro (O_o) que se enamora de una empleada de Downing Street. ¡Joder! Este tío no cambia de registro ni a tiros.

El director es el mismo que el de
Cuatro bodas y un funeral (otra película bonita) y la comparación resulta inevitable. Love Actually es bastante parecida en el concepto y en el humor pero siempre está un escalón por debajo ... le falta algo, no termina de rematar. Tal vez sea porque en el fondo sea más predecible de lo deseable y que algunas historias sean relativamente tópicas o por contra, que sean poco creíbles.

En cualquier caso, es una película totalmente recomendable: una buena terapia de amor. Como muestra, una de las frases de la película: “Cuando los aviones se iban a estrellar con las Torres Gemelas todo el mundo que viajaba dentro envió mensajes de amor, nadie envió mensajes de odio”.

  • NOTA: 7/10
  • LO MEJOR: que una película actual acabe con “The End” (el famoso “Te end”) es de agradecer.
  • LO PEOR: ¿qué imagen tienen los ingleses de los portugueses? ¡Por favor! Miedo me da pensar la que tienen de los españoles.

martes, julio 11, 2006

El Señor de la Guerra


Si en el mundo hay un arma para cada 12 personas, ¿cómo se arman las otras 11?

Cada cierto tiempo surcan la cartelera películas incómodas, que denuncian una realidad que no queremos ver, que nos dejan un desasosegante nudo en el estómago que tarda mucho tiempo en irse. En esta ocasión, se trata del tráfico ilegal de armas, uno de los principales combustibles que mantienen vivas esas guerras olvidadas del Tercer Mundo.

La película traza un retrato del tráfico ilegal de armas a través de las peripecias de Yuri Orlov (Nicolas Cage), un inmigrante ucraniano en los Estados Unidos. Se muestra su ascenso, triunfo y posterior miseria moral, mientras por la pantalla vemos desfilar toda suerte de policías y militares corruptos, niños soldado, dictadores sin escrúpulos y políticos de toda calaña.

El arranque es brillante. Se nos muestra el proceso que sigue una bala desde su fabricación - cuando sólo es una chapa de metal - hasta terminar en el cargador de un AK-47, que la incrusta en la cabeza de un joven soldado en las calles de Monrovia. Después se va mostrando un compendio de lujo y degeneración moral a través de un hombre que, como él muy bien dice, se le da bien vender armas. La película tiene ritmo y no se hace pesada en ningún momento, además destila un humor negrísimo, por parte del protagonista, cínico hasta la extenuación. Y cuenta con secuencias memorables, como el arranque antes mencionado o la del desmontaje del avión.

Sin embargo, la película cuenta con dos defectos que la hieren gravemente. Por un lado, la historia del protagonista (sus amores, la relación con su hermano) siempre parecen paréntesis incómodos entre la historia principal del tráfico de armas. Por otro lado, está la denuncia, donde no cuenta nada nuevo y que se reserva el meollo del asunto para el final, dejando la denuncia coja, sacrificada frente a la búsqueda de una película redonda. No obstante esto sirve para mostrar de manera indirecta, a la chusma que está desangrando África, a esa clase dirigente que sólo se preocupa por satisfacer su ego y que demuestran una alarmante falta de aprecio por la vida humana. En suma, podemos decir que la película cumple con lo esperado aunque deja la sensación de no querer atreverse a levantar las alfombras. Lástima.

  • NOTA: 7/10
  • Lo mejor: los títulos de crédito iniciales y el humor negro (demasiado negro para mucha gente).
  • Lo peor: al final parece que dispara con balas de fogueo. Nicolas Cage siempre tiene la misma cara.

lunes, julio 10, 2006

Cars


Cine de toda la vida renderizado.

Pixar lleva demostrando su maestría en el cine de animación digital durante estos años. Pero es que además saben contar historias de las de antes, de las que parece que ya no se hacen. Es ahora con Cars cuando efectúan un salto mortal, un arriesgado equilibrismo, pues a priori resulta complejo extraer expresividad y humanizar a esas máquinas de cuatro ruedas. No obstante, Pixar lo logra de nuevo y con creces.

La historia es bastante tópica. Nuestro héroe, joven y egoísta, engullido por la espiral de la fama, termina por casualidad en un pueblo perdido en medio del desierto. Allí, rodeado de pintorescos personajes, se descubrirá a sí mismo, aprenderá a ser mejor persona y de paso ayudará a los demás a ser más felices. Está la chica, el amigo gracioso, los secundarios cómicos, y el anciano maestro con un oscuro pasado.

En esta película se funden dos vías claramente definidas. Por un lado la película es un alegato a los coches como elemento de descubrimiento personal o como suministrador de libertad: la sensación de velocidad se consigue desde el primer segundo, las escenas de paseo en la carretera del desierto son maravillosas, sacadas de un anuncio de ¿Te gusta conducir? Se nota la pasión y el amor a los coches de quien firma la película. Y por otro lado está la mirada nostálgica, a la búsqueda de una América (y de un mundo) que ya no existe. Un mundo donde la gente no tiene prisa, donde la gente se saluda por la calle o se para a charlar educada o amablemente. Esta melancolía se refleja en la Ruta 66, la famosa carretera que atraviesa el pueblo de Radiador Springs, y que se suma en el abandono por la construcción de una fría e impersonal autopista, donde la gente circula sin admirar la maravillosidad del paisaje.

Pese a abordar temas manidos, la película siempre deja lugar a la sorpresa, bien por su fino humor (apto para todos los públicos), por su perfección técnica o por todos los detalles casi imperceptibles de este mundo animado. Es probable que mucha gente no aprecie estos matices y que la película le resulte monótona, e incluso excesivamente moralista. Pero estamos ante cine de toda la vida, del verdadero cine de los sábados por la tarde, preparado para el disfrute de toda la película. Éstas eran las premisas de partida de Cars y las cumple a rajatabla. Teniendo esto en mente nadie puede sentirse decepcionado. Una película con corazón escondida bajo el capó de relucientes coches de carreras.
  • NOTA: 8,5/10
  • Lo mejor: las escenas de velocidad y la perfección técnica en los paisajes. Los desternillantes títulos de crédito finales.
  • Lo peor: las típicas cancioncillas Disney y que se puede hacer un poco larga a la mitad.
  • Obs.: en el doblaje español hay muchas voces conocidas pero que pasan casi desapercibidas por lo poco que hablan. Mención especial para Antonio Lobato haciendo de locutor muy muy dignamente.

jueves, junio 29, 2006

El final de Harry Potter

Supongo que todo el mundo ya estará enterado de la noticia: según palabras de la propia Rowling, un personaje se salva, pero otros dos mueren.

Enigmático, ¿verdad? No queda claro si se refiere a los tres personajes principales (Harry, Ron, Hermione), o si en el saco entran también otros personajes capitales de este universo mágico. Se da por descontado que el número de muertes de personajes de medio pelo va a ser considerable, porque es la batalla definitiva entre las dos facciones del mundo mágico y porque asistiremos al combate final entre el Señor Tenebroso, el mago más grande de todos los tiempos, y el Niño que Sobrevivió (bueno, dicho así no parece un combate tan increíble).

Desde aquí voy a intentar hacer cábalas sobre los posibles candidatos a diñarla. Quiero advertir que muchas de mis elucubraciones están basadas en acontecimientos acaecidos en el sexto libro, "Harry Potter y el misterio del Príncipe", y que por tanto la cantidad de spoilers es no despreciable. Es más, voy a dar datos con pelos y señales por lo que son spoilers de 10 en la escala de Richter. Avisados estáis.

¡¡¡¡¡¡SPOILERS!!!!!!

NO SIGAS LEYENDO SI NO QUIERES ENTERARTE DE LO QUE PASA EN EL SEXTO LIBRO

DE VERDAD, NO MERECE LA PENA. LEER EL LIBRO ES MÁS DIVERTIDO

¿PERO CÓMO HAY QUE DECIRLO? SI SIGUES NO TE LO PERDONARÁS NUNCA

EN FIN, ALLÁ TÚ.


Se asume un final feliz para todos los no-simpatizantes de Voldemort y más tras el desasosegante final del sexto libro. ¡Qué mierda que muriese Dumbledore! (esto para los bobos que no saben hacer caso a los avisos de spoiler)
  • Harry Potter. Esto sería como apostar que Brasil va a ganar el Mundial. Es probable acertar. Reconozcámoslo: desde que leímos el primer libro sabíamos que le quedaban seis más. Claro que sus escarceos amorosos con Ginny pueden complicar las cosas. ¡Pobre chiquilla! No se descarta una muerte doble.
  • Hermione Granger. Es el ojito derecho de Rowling. Más de uno la mataría por repelente, pero en el sexto libro ha cambiado (como casi todos los personajes). Nuevamente el factor amoroso con Ron complica las cosas. No se descarta que sea la persona que encuentre la clave mágica para acabar con Voldemort... buscando en un libro o en su defecto en un pergamino.
  • Ron Weasley. Esto sería como apostar que Alemania va a ganar el Mundial. Tiene todas las papeletas para lo que los expertos llaman "muerte heroica" con emocionante declaración de amor. Desde aquí esperamos que al menos consiga algo con Hermione de una vez por todas.
  • Severus Snape. Esto sería como apostar que España no va a ganar un Mundial. El asesinato de Dumbledore ya lo ha condenado. Ahora está por ver si morirá como sucia rata traidora o como héroe trágico encargado de trabajos imposibles.
  • Peter Pettigrew. Este lleva tres libros muerto. Sólo hace falta saber cúantas páginas hay que leer para verlo fiambre. No obstante algo hará, recordemos que le debe una a Harry.
  • Draco Malfoy. Todos los que han leído cinco libros querrían verlo sodomizado en Azkabán, pero sus lágrimas en el sexto libro pueden hacernos dudar. Creo que no morirá y que se pasará a los buenos.
  • Lucius Malfoy. Lo mata Arthur Weasley con un cepillo de dientes eléctrico ("curioso invento muggle" dirá).
  • Ginny Weasley. Ya sufrió con el diario de Tom Sorvolo Ryddle. Sufrirá con Harry. No la veo ni me gustaría verla muerta. Para más información, véase el punto Harry Potter.
  • George y Fred Weasley. Si Rowling los mata, la mato yo a ella. Sería de agradecer que alguna de sus bromas sacase a nuestros héroes de una muerte definitiva, o que fuese clave en la derrota de Voldy.
  • Neville Longbottom. La gran incógnita. ¿Qué pasará con él? Algo gordo supongo. Es sin duda, uno de los enigmas más importantes que se desvelarán en el libro. No me juego mis TIMOS en Aritmancia ni Adivinación en dar un pronóstico para el amigo Neville.
  • Voldemort. Muere y bien muerto. Rowling ha dicho una y mil veces que no habrá más de siete libros, por lo que no tiene sentido pensar en que pudiese sobrevivir de algún modo. Esto también induce a pensar todavía más en la muerte de Harry.
Ahora no se me ocurren más personajes importantes susceptibles de morir. En cualquier caso, si se me ocurre algo ya lo iré poniendo. Eso sí, quien sea sensible que vaya preparando el pañuelo para leer el librillo.

miércoles, junio 21, 2006

El periodismo, esa profesión

Existen dos profesiones en las que tengo una descofianza absoluta. La primera son los políticos y la segunda son los periodistas. No es mi intención generalizar pues en toda profesión existen buenos y malos profesionales. Cuando hablo de los políticos me refiero a esa gente profesional de la política y que no saben vivir de otra cosa, todo lo contrario de esos concejales o consejeros de pueblos y ciudades pequeñas, pluriempleados del poder público. Del mismo modo, al referirme a los periodistas hablo de los opinadores y pontificadores profesionales, tertulianos, directores de periódico y demás repartidores de moral y ética.
Como mi intención hoy no es meterme en temas políticos, no hablaré de los políticos ni de los periodistas estrella y me centraré en un subgrupo periodístico, tremendamente pernicioso y que arrastra todos los vicios de sus mal llamados hermanos mayores: los periodistas deportivos.

El gran error de todos los periodistas deportivos es que se sitúan (o pretenden situarse) en una dimensión superior al deporte, pensando que pueden tratarlo mejor que los propios deportistas. Muchos de estos periodistas no han vivido el mundo de la alta competición, y los que lo han hecho lo olvidan pronto. Al situarse en un plano supuestamente más elevado, creen que tienen la capacidad de dirigir a las masas, siempre aborregadas por el deporte. Y olvidan el periodismo. Son capaces de mezclar sin pudor el amarillismo con la pretendida opinión reflexiva. Se contagian de las pasiones enfermizas y las plasman en sus respectivos panfletos. Desprestigian géneros tan válidos como la crónica o el editorial. Y lo que es lo peor de todo: abandonan cualquier vestigio de ética u objetividad.

Por si todo esto fuese poco, los periodistas invaden tanto el deporte hasta convertirse en su jugo gástrico: necesario, pero altamente corrosivo si no se toman las medidas adecuadas. Existen periodistas estrellas, que arrastran a la masa, que deciden los fichajes o las retransmisiones deportivas, que siembran el resquemor entre equipos o directivos, que juegan con las más bajas pasiones del aficionado... y que están acabando con el deporte. Periódicamente se avistan vientos de renovación, pero sólo son aires que se llevan un polvo para traer otro. Antes fueron de naranja, ahora son de pueblo y comparten vicios y manías.

Son los periodistas de esta calaña los que contribuyen a convertir un entretenido pasatiempo o ejercicio físico en cuestiones de vida o muerte y los que consiguen sacar de quicio a gente que no puede o no quiere pensar por sí misma. Y todo esto no hace más que aumentar el aborregamiento general. Disfrutar, practicar y vivir el deporte es maravilloso pero siempre en su justa medida, y manteniendo a estos personajes fuera del pedestal al que ellos mismos se han subido, sin preguntar a nadie y sin pedir permiso.

Para terminar. En la película El mejor (gran película deportiva) existe un diálogo magnífico entre el protagonista, Roy Hobbs (Robert Redford), y un periodista deportivo, Max Mercy (Robert Duvall), que se la tiene jurada. No se podía decir de mejor manera:

ROY. Still dogging me, huh, Max?
MAX. End of the road, Hobbs.
ROY. You wanna hear what I think our chances are?
MAX. You read my mind.
ROY. That takes all of three seconds.
MAX. They come and they go, Hobbs. They come and they go. I'll be around here longer than you or anybody else here. I'm here to protect this game.
ROY. Whose game?
MAX. I do it by making or breaking the likes of you.
ROY. Did you ever play ball, Max?
MAX. No, never have. But I make it a little more fun to watch, you see. And after today, whether you're a goat or a hero...
...you're gonna make me a great story. See you around.


Y si alguien quiere ver una buena película de periodistas, le recomiendo Primera plana del grandísimo Billy Wilder. Es más, si quiere pasar una tarde feliz, que vea cualquier película de Billy Wilder.

martes, junio 20, 2006

Al Sr. Trepador la noche le resbala

A estas alturas el grupo ya lo conoce todo el mundo, al menos conoce una canción suya. Son los que han compuesto la canción del mundial para la cadena televisiva Cuatro. Han entrado con fuerza bajo la tutela de Alejo Stivel, antiguo componente de Tequila, y han llegado para dar una vuelta de tuerca más al pop-rock español. Siguiendo un poco la línea marcada por El Canto del Loco aparecieron Pereza, rompiendo un poco con unas letras más buscadas, y ahora el Sr.Trepador sube un escalón más con letras y guitarra un poco más rockeras y elaboradas, aunque sin la experiencia de los anteriores.

De Sevilla vienen e incluso el acento del cantante (Óscar) se hace notar en sus canciones y le da un toque diferente (que me sirvió para, al escucharlos la primera vez en la radio, saber que lo que estaba escuchando no era Pereza). Una apuesta por canciones que no pretenden ser más de lo que dicen (así explican ellos el título de su primer disco : “Aforismos Invertebrados”), una guitarra (Pablo) algo guerrera, de calle y que se atreve a ir un poco más allá del duodécimo traste de la sexta cuerda (un punteo en condiciones aunque algo corto en el single), y ganas de hacer música pegadiza (de esa que todos acabamos tarareando inexorablemente) pero de calidad.

Dicen que escuchaban a grupos como “Extremoduro” y “Fito y los Fitipaldis” o que les gustaría hacer dúo con Kutxi Romero(Marea) y la verdad es que algo se destila de ello, ya que la letra de las canciones que he podido escuchar de su disco tienen pinceledas de poesías mal labradas, con mucha menos carga lírica y más livianas que las letras de los antes mencionados pero aún así por encima de la media del género.

Se atreven a pronunciar un sentimiento, a ponerle letra, y cantar lo que para ellos es el fútbol (aunque uno de los dos afirme no ser muy seguidor de este deporte), y con la canción de “¡Vamos!” animan y dan color (rojo, queda bien claro) a este mundial 2006. Aunque la cadena Cuatro empieza a rayar el disco con el estribillo sin letra y podría acabar quemándolo, como pasó con el de sobra conocido Koala.

Tal vez falta que le suban un poco el volumen a la guitarra y a la batería en su single, para desmarcarse un poco y dar protagonismo a la música y no al estribillo, y alargar un poco ese buen solo de seis cuerdas que Pablo interpreta.

En mi opinión un grupo a tener en cuenta, un disco para refrescarse en verano y unos estribillos para cantar en la playa con los amigos. Buena música sin complicarse demasiado, sin ser unos fuera de serie, ni creo que lo pretendan.

Siguiendo con la tónica con mi compañero de blog pondré notas:

  • NOTA: 7/10 (soy bastante exigente y pocos grupos se llevan el sobresaliente).
  • LO MEJOR: Buenas letras, un guitarrista con futuro y la buena mezcla que han encontrado. También el hecho de que, al menos en el primer single, el guitarrista parezca tener casi el mismo protagonismo que el cantante.
  • LO PEOR: Un bajo un poco pobre. La rapidez con la que han salido "al mercado", sin haber dado, según tengo entendido, ningún concierto como Sr. Trepador cuando sacaron el single. No así como los grupos La Fuga o Pereza, que antes de salir en los 40 ya tenían mucho rodaje y experiencia. De esta manera se lo juegan todo al segundo disco (en el que se verá si dan la talla).

viernes, junio 16, 2006

La tele en el Mundial

Llega el Mundial de Fútbol, acontecimiento planetario por excelencia, y las teles echan el resto. Por supuesto hay una saturación futbolera que pone de los nervios a más de uno, pero cada tele lo aborda con matices. Hagamos un pequeño repaso.
  • TVE. Siguiendo su política de recorte de gastos decidieron no pujar por los carísimos derechos televisivos del Mundial. El problema es que siguen perdiendo dinero a marchas forzadas y la audiencia huye despavorida. Por si esto fuera poco, también han perdido los derechos de la Liga de Campeones. Con todo esto se desprende un aire de melancolía en sus informaciones deportivas. Les quedan las motos (derechos que también pueden perder) y el baloncesto ACB, aunque a este último le come terreno el fútbol sala.
  • Telecinco. Su gallina de los huevos de oro es azul y conduce un coche. Con eso tienen de sobra. Se limitan a dar las informaciones del Mundial de manera aséptica (no va Lobato a la concentración española).
  • Antena 3. Cumple el expediente y punto. Esperan silenciosamente, sabedores del peñazo que darán gracias a sus flamantes derechos para dar un partido de cada jornada de Champions. Además van a darle boleto al inefable J. J. Santos. ¡Cuánto lo vamos a echar de menos!
  • Cuatro/Canal +. Han montado un tenderete enorme en la Plaza de Colón que está siendo todo un éxito. La Barceló está desavinagrándose con ese Maracaná Alemania 06, todo un descubrimiento. Robinson comodísimo como maestro de ceremonias en el plus. Los contras: Maradona y Carlos Martínez. El astro argentino ha sido muy grande en la cancha, ha caído a lo más bajo y se ha recuperado, y está hecho un chaval, pero su personaje público me da cierto repelús. El reportero Martínez está desluciendo las retransmisiones. Antes daba gusto escucharle narrar los partidos del plus (aunque destilaran cierto barcelonismo, pese a que él, al parecer, es madridista), pero últimamente, sobre todo desde que hace la Champions, se flipa: grita demasiado, le da un toque radiofónico que no se ajusta al medio televisivo, y cada vez va a peor. Exceso de decibelios.
  • La Sexta. Han echado el resto: 24 horas de fútbol, decenas de comentaristas y supuestos expertos, reporteros y corresponsales cubriendo cada palmo de Alemania, escenarios y tecnología 3D para el análisis... En fin, demasié p'al body. Y Andrés Montes. La inclusión del comentarista bromista provoca reacciones opuestas: o se le ama o se le odia. Personalmente no me gusta nada y encima le pega el gilipollismo a sus compañeros, con lo que al final la retransmisión es un cachondeo. Encima (no sé si le pasará a todo el mundo) la imagen llega con un par de segundos de retraso, por lo que, si uno quita el sonido y pone la radio para no aguantar al jugón, se vuelve loco. Además se destila un ligero aire de cutrería en algunos casos. ¡Ah! Y los ex-jugadores comentaristas son Julito Salinas, abducido por el montismo, y Chapi Ferrer, más soso que un yogur de agua. Pero bueno, mejoran con los días.
Otro día hablo de la guerra por los derechos televisivos de los equipos de primera. En el caso del Madrid el escándalo puede ser de impresión.

miércoles, junio 07, 2006

Diario de Adán y Eva

Allá donde estuviera ella
estaría el paraíso.

Este libro es una de esas pequeñas joyas que llegan a las manos de uno por casualidad, o tal vez como un guiño extraño del Destino.

Este Diario de Adán y Eva no es una de las obras más conocidas de Samuel Clemens. Lástima, porque es una delicia de leer. Tiene apenas 60 páginas por lo que se devora en un periquete y uno se queda con ganas de más.

El libro resulta un magnífico retrato lírico de la condición humana, donde el autor desarrolla inteligentemente su ya famoso sentido del humor. Cuenta las impresiones mutuas entre el primer hombre y la primera mujer en el Jardín del Edén. Adán aparece como una persona que sólo aspira a descansar pero que poco se va interesando por el mundo que le rodea, gracias a la ayuda de su inseparable compañera. Eva es retratada como alguien inquieta, preocupada por la belleza que la rodea, y que necesita hablar y compartir sus sentimientos (cosa que a Adán no le hace mucha gracia).

Y no cuento más, que 60 páginas se pasan en un suspiro.
  • NOTA: 9/10
  • LO MEJOR: el sentido del humor. La parte en que ambos discuten por los nombres que hay que poner a las cosas, o la parte en qué Adan intenta adivinar a qué especie de animal pertenece su hijo.
  • LO PEOR: que algunos conceptos de la obra, sacados fuera de contexto, enfaden a algunas féminas. Por favor, cada cosa que se lea en su contexto histórico.
Actualmente en Madrid se representa una obra de teatro basada levemente en esta obra. No he oído más que elogios de ella. Voy a ver si consigo entradas aunque este es el último mes de la representación. Tengo que ir a ver esa obra.

lunes, mayo 29, 2006

X-Men 3


Un digno final para la saga. Pero que acabe ya, eh.

Un nueva entrega (y esperemos que la última) de las aventuras y desventuras de los mutantes más famosos del celuloide (y del cómic). En esta ocasión tendrán que afrontar el descubrimiento de un compuesto que hace que los mutantes pierdan su condición. Este hecho dividirá a la comunidad mutante entre los que quieren ser humanos y los que quieren mantener su estatus.

¿Y bien? Realmente las aventuras de estos personajes en el cine nunca me han apasionado. Sus películas están bien hechas, con buenos efectos especiales y son entretenidas. Pero también son olvidables. Ahora mismo no recuerdo muy bien de qué iban las dos entregas anteriores de la saga. Recuerdo que eran ruidosas y entretenidas. Puro espectáculo palomitero con ínfulas de denuncia social. Más o menos igual que ésta.

El director de anteriores entregas, Bryan Singer (uno de los responsables de House), ha decidido ponerse con Superman (confiamos en él) y le ha dejado el marrón a Brett Ratner (Horas punta 1 y 2, El dragón rojo) que lo ha solventado con suficiencia. No se esperaba otra cosa, era lo que se le pidió y ha cumplido. Punto.

La película es un buen entretenimiento veraniego. Pero para mi gusto tiene una gran pega: el gran número de personajes. Esto sólo se entiende como un guiño a los fanáticos del cómic, para que vean salir por pantalla a todos sus héroes. Pero es una gran cagada. Muchos personajes que aparecen son unos tristes, con una absoluta falta de carisma, no pintan nada y sólo hablan para recordarle al público cómo se llaman. Un ejemplo clarísimo es el personaje de Ángel, que si no saliese en el filme nadie lo hubiese echado en falta.

Y estoy hablando de los secundarios, porque si nos ponemos con los protagonistas es aún peor. Cíclope es un triste, el típico personaje completamente desaprovechado que al menos en esta parte hace algo útil. También sale por ahí una de las Bratz que al parecer puede atravesar paredes. Muy cursi para mi gusto. Los buenos tienen a otro tipo que cuando le da, baja la persina metálica, echa el cierre y se lía a dar hostias. Este fulano debe de ser mudo porque dice una frase en toda la peli (creo que hasta tenía gracia).

Los malos. Unos canis y unos guarros. Todos ellos. Que quede claro que son malos, para que el espectador no tenga que pensar. Y por supuesto no abren la boca. Comprensible. Entre explosión y explosión no se oye nada (excepto uno que tiene superoído).

De todo el reparto podemos salvar al Capitán Piccard, que siempre está correcto, a Gandalf, aunque le falte algo de músculo, y al piernas de Lobezno, por chuleta. Halle Berry está muy buena pero el personaje de Tormenta -y ese horrible corte de pelo- no le pega absolutamente nada. La otra que hace de Jean Grey no hace más que llorar y poner morritos. Necesita mejorar.

Sin ánimo de reventar la película, decir que muere hasta el apuntador y que tal y como está la cosa lo mejor es dejar a los X-Men aquí. El guiño del final y el del final del final del final pueden hacer pensar en una cuarta entrega. Por su bien, espero que no suceda. Al fin y al cabo, los X-Men no han desmerecido en pantalla. No han llegado al nivel de un Batman (los de Burton y Nolan), Superman (I y II) o Spiderman (primera parte de la primera parte y segunda parte), pero al menos no son Daredevil (¡horror!) o, lo que es peor, Blade (¡bleah!).


  • LO MEJOR: ver cómo se iba el 98% de la sala, ignorante de que había más peli después de los créditos.
  • LO PEOR: la gran cantidad de personajes de relleno.
  • NOTA: 6/10 (en el fondo soy un blando)
  • DESCRIPCIÓN: entretenida.
NOTA: esto sí que es un spoiler gordo y por joder bastante. Stan Lee sale al principio, cuando la pequeña Jean Grey utiliza sus poderes. Es el tipo que esta regando el césped y el chorro de la manguera comienza a subir. Buff, qué a gusto me he quedado.

sábado, mayo 20, 2006

El aburrido código Da Vinci


No voy a hacer una sinopsis de la película porque a estas alturas se la sabe todo el mundo. Y el que no la conozca tendrá un aliciente para ir a ver la película. Sólo comentar que, pese al enorme despliegue de copias (750 en toda España, récord absoluto en nuestro país), tuve enormes dificultades para conseguir una entrada en la sesión golfa del viernes.

Albergaba ciertas esperanzas sobre la película. Para empezar el propio libro es casi un guion cinematográfico. La novela es bastante mala pero al menos engancha lo suficiente para entretener y pasar páginas frenéticamente (lo que todo best-seller debe hacer). Por otro lado estaba el reparto, plagado de nombres respetables: Hanks, Gand... Ian McKellen, Reno, Alfred Molina y Amélie (sí, se llama Audrey Tatou -creo-, pero esta chica será Amélie para los restos al igual que el fulano que hacía de Frodo). El director, Ron Howard, no es santo de mi devoción pero conoce los rudimentos del cine y tiene alguna película notable (para mí, la única es Apollo XIII). Pero todos estos ingredientes han fracasado miserablemente.

La película es extremadamente aburrida, sobre todo para los que han leído el libro, pues la capacidad de sorprender de la misma es nula. El filme es un calco milimétrico de la novela. Así pues, el espectador que conoce la historia va siempre por delante de la narración; y el que no la conoce también, pues la supuesta complejidad de la novela (con parrafadas supuestamente eruditas que no vienen a cuento) no se reflejan en la cinta. Los actores se comportan como los actuales jugadores del Real Madrid: parece ser que el peso de sus bolsillos les impide actuar con pasión y profesionalidad. Ron Howard no se molesta en introducir novedades o un toque personal. Y ni siquiera hay sitio para la polémica porque todo resulta artificioso, excesivo o descaradamente falso.
Personalmente casi me duermo viendo una película. Vale que era bastante tarde y que la película es bastante larga (150 aburrido minutos), pero es que esto sólo me pasa con las malas películas que ya he visto. Y esto es lo que sucede con la película: que ya la había visto a través de la novela. La película no aporta nada e incluso me atrevería a afirmar que el libro es mejor (que tiene delito). Tuve que hacer un esfuerzo para seguir las divagaciones de la película sin descojonarme. Y claro, durante ese tiempo me dio por pensar chorradas: ¿por qué el conservador francés del Louvre escribe los mensajes en inglés?, ¿por qué todos los personajes franceses hablan inglés perfectamente?, ¿por qué a nadie le extraña que un monje albino de 1,90 se pasee por las calles de París?, ¿cómo habrán hecho en el doblaje francés para diferenciar cuando los personajes hablan con Langdon (inglés) y entre sí (en francés que aquí se subtitula)?, ¿cómo narices se consigue esconder en su ubicación final el secreto de la película sin que nadie se entere?, ¿qué hay que estudiar para ser experto en simbología y ganar lo suficiente como para alojarse en el Ritz?, ¿cómo consiguen cambiar tan rápidamente un plan de vuelo con destino a Zúrich a otro con destino a Londres? Entre pregunta y pregunta unos bostezos tan grandes que hoy he amanecido con agujetas en la mandíbula.

Eso sí, probablemente la gente no contaminada por el efecto Da Vinci pueda encontrarla interesante. Suele ser esa clase de gente que no lee nunca y que no va nunca al cine. Que la disfruten pues.

  • LO MEJOR: París, siempre París.
  • LO PEOR: el resto.
  • NOTA: 3/10 (el otro día vi la de Borjamari y Pocholo y tuve que rehacer la escala para evitar las puntuaciones negativas.
  • DESCRIPCIÓN: aburrida.

viernes, enero 27, 2006

Algo se muere en el alma...

Dos grandes series de los últimos años se van a ir: El Ala Oeste de la Casa Blanca y Los Soprano.
La primera tuvo un gran arranque, con episodios muy buenos. Luego ha ido a menos pero siempre por encima de la media. Y encima está la muerte de John Spencer, uno de los protagonistas.
De Los Soprano está todo dicho. De lo mejorcito, no ya de los últimos años, sino de la historia de la TV (¡toma ya!). La verdad es que uno siente debilidad por las historias de mafiosos, ¡qué se le va a hacer!
Por si sirve de consuelo, la nueva cadena de TV analógica, La Sexta, ha comprado los derechos de Los Soprano. Una oportunidad de oro.
Ayer vi unos cinco minutos de la serie Fuera de control. ¿En esto se gasta el dinero la tele pública? ¿Loles León sabe hacer algún papel en el que no grite? Creo que es de esa clase de actores que no actúan sino que hacen de sí mismos, lo cual no tiene ningún mérito. En España tenemos cientos de ejemplos: Resines, Jorge Sanz, Fernando Tejero, etc. En fin, un motivo más para leer un buen libro.